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domingo, 17 de julio de 2011

¿Se debe incapacitar a los regidores municipales por prodigalidad?

Hasta la fecha no se han exigido responsabilidades a los políticos por su mala gestión. De los 8.100 Ayuntamientos de España, una inmensa mayoría han sido gestionados de manera caótica y están al borde de la quiebra, cuando no en quiebra total. 
Es hora ya, de abordar esta problemática. Un ejemplo de despilfarro y pésima gestión, lo tenemos en el Alcalde de la capital de España, Sr. Ruiz Gallardón. 
Es público y notorio que el Alcalde del Ayuntamiento de Madrid, ha generado una deuda de más de 7.800 millones de Euros. 
Es público y notorio que el Alcalde del Ayuntamiento de Madrid, ha superado con creces el límite de endeudamiento, que establece la Ley de las Haciendas Locales, y la Ley de Bases del Régimen Local, cuyo tope está en el 110% de los ingresos ordinarios, y él lo ha superado hasta el 175%. 
Es público y notorio, que ese endeudamiento ha provocado una falta de pago a proveedores, originando la quiebra de muchas empresas de servicios.
Es público y notorio, que por otro lado, ha estado despilfarrando en gastos suntuarios como el Palacio de Cibeles (apodado como Ambiciones), ha cedido gratuitamente edificios municipales y por el contrario ha gastado en el alquiler de otros edificios con costes desproporcionados; ha concedido millonarias subvenciones discriminadas y sin control, y ha realizado la contratación de una legión de asesores y de compromisos políticos (1.200).
Es público y notorio que la deuda del Ayuntamiento de Madrid, supera la suma de la deuda de todos los Ayuntamientos de España.
Es público y notorio que ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a una quiebra de la Entidad.
Es público y notorio que están en peligro las nóminas de los funcionarios del Ayuntamiento de Madrid.
Es público y notorio que una apuesta personal del Alcalde fue la participación a la candidatura a las Olimpiadas del año 2016, a sabiendas de que se trataba de una apuesta imposible. Ello generó pérdidas millonarias para el erario municipal, aparte de la posible existencia de un presunto delito de malversación de caudales públicos.
La población madrileña no debe tolerar que con sus impuestos, se gestionen no solo mal unos servicios públicos, sino que de ésa pésima gestión se haya producido una quiebra. La subida de impuestos y la creación de otros nuevos ha asfixiado a la ciudadanía:
El nuevo impuesto de basuras, que estaba incluido en el IBI, supone una duplicidad mientras que las calles de Madrid están llenas de basuras.
El impuesto de circulación y la tasa de la ORA, supone una voracidad fiscal, pese a la existencia del caos circulatorio, atascos y grandes dificultades para aparcar en las zonas de estacionamiento.
La nueva Agencia de Licencias, con objeto de agilizar las mismas y de evitar la corrupción, además de ilegal ha supuesto un auténtico fracaso.
La multiplicidad de organismos autónomas, sociedades mercantiles y otras entidades, suponen un auténtico disparate.
Ello, debería además acarrear lo que se conoce como una intervención del Ayuntamiento de Madrid por parte del Gobierno de la Nación, tal como sucedió con el Ayuntamiento de Marbella.

Estos hechos conducen inexcusablemente a la figura de Prodigalidad .

Los aires de grandeza, el desenfreno como si fuese un faraón, le hace sumido en una tipología médica conocida como “Megalomanía”…………..” Megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por los delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia, a menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. La palabra deriva de dos raíces griegas, manía (obsesión) y megas (grande). A veces es un síntoma de desórdenes psicológicos como el complejo de superioridad o la compulsión eufórica, donde el sujeto aquejado de esta perturbación tiende a ver situaciones que no existen, o a imaginarlas de una forma que sólo él termina creyéndose. Las puede emplear para manipular sentimientos y situaciones de cualquier tipo. Es un mal estudiado por los especialistas desde tiempos muy remotos. Los ejemplos más comunes son de emperadores, monarcas y dictadores.”.
Se entiende por prodigalidad, el hecho de que una persona con total y absoluta impunidad e irresponsabilidad, pone en grave riesgo el patrimonio, bien familiar, bien empresarial, bien institucional, como es el caso que nos ocupa, la soberbia, el ego de la marca “gallardón”, el desprecio al pueblo de Madrid, la reforma para su ego personal del Palacio de Cibeles que ha supuesto un coste de más de tres mil millones de las antiguas pesetas.

La Ley 13/83 de 24 de Octubre de Reforma del Código Civil, regula una modificación de preceptos referentes a la incapacidad, esto es:

El Código Civil, en su Artículo 199 , establece: “ que para declarar a una persona incapaz, se necesita de una sentencia judicial.

Artículo 200: “son causas de incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico, que impidan a la persona gobernarse por sí misma”.

Artículo 201: “El Ministerio Fiscal, deberá promover la incapacitación”.

El incremento disparatado de la deuda, implica una gravísima degeneración de la democracia, que conlleva tomar decisiones de empobrecimiento para generaciones futuras que no han podido votar, por lo que la deuda disparatada conduce a las sociedades de las dictaduras y al totalitarismo. Es, por tanto, imprescindible que el Poder Judicial independiente tutele los derechos de los ciudadanos, a los que se arruina sin poder tomar decisiones, por no poder ejercer el derecho del voto.
Comprendemos que no hay precedentes de una decisión de incapacitación por prodigalidad hacia un político, pero estableceremos la convicción de que esta medida es clave para la regeneración de las democracias y que en el futuro este gravísimo delito deberá estar claramente tipificado en el ordenamiento legal y elevado a principio constitucional.  
El Alcalde no solo está descalificado sino que debe ser incapacitado para dirigir el Ayuntamiento de Madrid. El grave perjuicio a los intereses generales debe tener su límite, incapacitando al Alcalde del Ayuntamiento de Madrid por prodigalidad.

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