UNA JUSTICIA INJUSTA, SECTARIA, POLITIZADA Y QUE CARECE DEL RESPETO DE LA SOCIEDAD CIVIL

Los casos recientes de inhabilitación de dos jueces: Ferrín Calamitas y Francisco Serrano, en el primer caso, por presunta dilación al solicitar un informe con “fundamento jurídico” antes de conceder la custodia o adopción de un menor a una pareja de lesbianas, y en el otro, por modificar con “fundamento jurídico”, mínimamente el régimen de visitas en un matrimonio separado, han motivado una sanción no sólo absolutamente desproporcionada, sino incluso atentaría a los derechos fundamentales, sin descartar la posible prevaricación de los componentes del Tribunal sentenciador.

Por el contrario, otros casos flagrantes de faltas muy graves, de cohechos y prevaricaciones, no han sido sancionados en la medida y proporción que el delito conllevaba, primero en vía disciplinaria por el CGPJ y posteriormente por parte de la Sala 2ª del TS en vía penal. Si a ello añadimos que el TC rechaza un 99% de los recursos de amparo , llegamos a la conclusión de que nos encontramos ante una justicia injusta, sectaria, politizada y que no merece el respeto de la sociedad civil.

El caso del ex Juez Garzón, donde se le perdonan los flagrantes delitos por el caso de los cobros en Nueva York y la investigación el Franquismo, así como el caso de los Magistrados del TC que legalizaron BILDU, son un claro exponente de cómo se encuentra la justicia, de cómo se imparte la misma, de cómo se utilizan dos varas de medir y todo ello pone de relieve el DESCREDITO, la REPULSA, la INDIGNACIÓN de una sociedad civil que se encuentra en el más absoluto desamparo precisamente por aquellos que deberían ser los máximos garantes del Estado de Derecho, esto es, los Jueces y Tribunales y Fiscales.