Manos Limpias se persona como acusación popular en el escándalo del denominado caso Emperador.

Ante la gravedad de los hechos, cuando se ha lesionado el bien jurídico general, con delitos entre otros de evasión de capitales, contra la Hacienda Pública, cohecho, falsedad documental, coacciones, amenazas y contra los derechos de los trabajadores.

Manos Limpias con independencia de la acción del Ministerio Público y ante el clamor e indignación general, ejercita la acción popular haciendo uso del derecho reconocido en el artículo 125 del Texto Constitucional.